Caminar y ver a través de los binoculares

Los ánimos empezaron muy temprano, la neblina nos despedia de Santa Elena para iniciar la ruta que nos llevaría a San Luis, cuando los chicos sintieron que el carro se acercaba, los gritos y las risas  se escuchaban desde antes que nosotros pudiéramos verlos, la profesora Sandra y los estudiantes nos recibieron con abrazos y bienvenidas al llegar al centro educativo La Tebaida; nos encontramos con Alejandra y Jessica, ellas trabajan en Cornare y estaban allí para enseñarnos la importancia del cuidado de la fauna silvestre, con binoculares en mano y fotos de pájaros, escuchamos atentamente lo que nos contaban,  después de recibir las indicaciones de cómo usar los binoculares, iniciamos la caminata hacia El Trapiche.

Muchos de los chicos aún cargaban en sus manos la foto del pájaro que habían escogido y que con suerte tendrían la posibilidad de avistar,  durante la caminata Solano fue el primero en hacer una señal,  esta indicaba que estaba viendo algo y quería compartirlo con el resto de los compañeros, levantando su mano señalaba hacia un árbol, sin dejar de observar y aunque sabíamos la importancia del silencio cuando se va a pajarear,  la emoción hizo difícil mantener la quietud y de los chicos salieron palabras y expresiones de felicidad, espantando cualquier posibilidad de ver algo.

Llegamos al trapiche, lo recorrimos, hablamos del proceso de la panela, en donde  cada uno contó lo mucho o poco que sabía respecto al tema,  pero todos participaban y tenían algo que decir, todo esto pasaba mientras compartíamos un delicioso guarapo y unas galletas para endulzar el momento.

Después Alejandra y Jessica nos contaron de la importancia de cuidar los animales silvestres,  utilizando sus camisas estampada con animales, empezaron un juego  señalando un animal,  los chicos adivinaban qué animal era,  de qué se alimentaba y a qué hora podríamos verlos, en este momento de aprendizaje y esparcimiento confirmamos Paula, Alfonsina y yo con un cruce de miradas, la importancia de sabernos unidos, aprendiendo y compartiendo con los niños.

La hora de regresar a la escuela se acercaba, no sin antes contar historias de los animales que habían visto o que por lo menos crearon en su imaginación; dejando de lado los caballos de madera con los que estaban cabalgando y despidiéndonos del trapiche, iniciamos el recorrido de regreso, cada uno tenía una historia que contar, “yo vi un animal que hacia así” decía Kilian, “yo vi un mono por allí y después por allá” afirmaba Aron. Mateo, Sebastián, Samantha, Ximena, Kevin y otros intentaban ver por los binoculares, mientras emprendían el camino de vuelta, a su vez la profesora  Sandra contaba uno a uno sus alumnos mientras subían la loma,  al llegar a la escuela las risas y las historias inundaron el salón de clase del que cada uno se fue despidiendo para llegar a su casa y compartir la inolvidable experiencia.


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